miércoles, 22 de septiembre de 2010

Seguridad Vial en la empresa: Prevención sin Gestión o gestión de la Prevención

La evaluación de Riesgos del conductor


Ya no es ninguna novedad afirmar que el actual sistema de evaluación de riesgos (Ley 31/1995, de 8 de noviembre, de Prevención de Riesgos Laborales) apenas contempla la evaluación de los riesgos de la conducción profesional, y aún menos en aquellos puestos de trabajo en los que conducir, aún siendo parte importante de la actividad laboral, no es la actividad principal del trabajador.

Sistemas de gestión de la Seguridad Vial

En cualquiera de los dos últimos supuestos, un sistema de gestión de seguridad en el transporte definirá, entre otros, los tres siguientes elementos:

a) Identificación y evaluación de los riesgos en los puestos de trabajo.
b) Formación y entrenamiento de conductores y resto de empleados.
c) Nomas internas de operaciones.

Elementos imprescindibles para una gestión de riesgos sólida y coherente.


No obstante lo anterior, aquellos empresarios que hubieran decidido llevar a cabo sólo la evaluación de riesgos, sin disponer de un sistema de gestión de seguridad en el transporte, también dispondrán de la oportunidad futura de desarrollar e implantar su sistema de gestión de seguridad en el transporte, pero si su desarrollo parte del resultado de la evaluación de riesgos, les podría resultar tan duro, zigzagueante y les requerirá tanta energía como nadar contracorriente en aguas bravas.
El resultado, para el caso del elemento de Formación y Entrenamiento, debería ser un programa aplicable para todos los empleados, sin exclusión de ocupación y nivel en la empresa, ajustado a las necesidades reales, y soportado por las normas internas que garanticen la coherencia entre lo que se dice y lo que se hace.

Aseguramos que se puede conseguir un buen nivel de conocimientos y entrenamiento si disponemos de un buen programa educativo dentro de un sistema de gestión de los riesgos en el transporte, pero ponemos en duda que logremos que el conocimiento y entrenamiento adquirido por los empleados pueda ser eficaz y permanentemente aplicado en su puesto de trabajo si la formación y entrenamiento no es pieza del puzle del sistema de gestión de riesgos.

Los objetivos.

Por último, no perdamos de vista que entre los objetivos que se persiguen con la implantación y mantenimiento de un sistema de gestión de riesgos en el transporte están; reducir los costos por accidentes, reducir las paradas en la producción, mejorar el ambiente laboral, reducir los índices de accidentalidad, etc., y la probabilidad de alcanzar, mantener y mejorar estos objetivos están más en la mano de quienes gestionen los riesgos de forma sistemática, que de aquellos quienes actúen simplemente para obtener el suficiente de la norma legal.

En resumen, los empresarios de transporte de viajeros y mercancías disponen en la actualidad de diversos modelos de gestión de los riesgos propios de su actividad que les proporcionarían niveles de seguridad superiores a los obtenidos por el cumplimiento de cualquier mínimo legal.

No hay duda que la gestión de un programa de riesgos en el transporte es más complejo que la simple evaluación de los mismos y la definición e implantación de un plan de acción, pero los beneficios a conseguir con la primera acción serían muy superiores a los conseguidos con la simple evaluación. Si su caso se ajusta al perfil de empresa que tras satisfacer lo legalmente requerido sigue teniendo un indeseado e injustificado número y frecuencia de accidentes, así como altos costos – pérdidas – por la accidentalidad, ni lo dude, es el momento de emprender la gestión de riesgos en el sentido amplio de la palabra.

No hay comentarios:

Publicar un comentario